Muchas veces cuando veo películas en casa las detengo y no me gusta.
Sobre todo cuando el relato fluye de una manera interesante. No depende para nada mi concentración de mi interés por lo que vea sino por el soporte donde TENGO el control. Muchas veces empecé esta película deseando cada vez que algún milagro la estrenara en alguna sala. Ninguna de las pelis de Jeff Nichols tuvo esa suerte ni siquiera se dieron en BAFICI o Mardel. Después de una recepción que conmocionó a muchos críticos incluso varios argentinos en Cannes 2012, llegó a pocas salas USA y todos destacaban al Sr Matthew McConaughey que, como ya comenté reiteradamente por acá es una bestia en sus últimas 6 o 7 pelis (vean porfa Killer Joe y Bernie y hoy se estrena en HBO USA True Detective, la nueva serie con Woody Harrelson!!!, VEREMOS).
Bueno, Estoy ENLOQUECIDO.
Los últimos 40 minutos de esta obra maestra son emotivos, épicos, entretejen los relatos de amor que se han ido contando de manera sutil. Porque la acción (hasta el desenlace) es poca. Todos son historias pasadas que se (nos) cuentan compartiendo principalmente el punto de vista de esos niños que dejan de serlo. Tras una apariencia fría y distante de niños contemporáneos se esconde en la excelente interpretación de los pibes dos endemoniados adolescentes sedientos de aventuras (de los de antes, de ahí las referencias a Huck Finn y Tom Sawyer). El protagonismo del paisaje y la puesta en escena artificiosa también van en permanente y sutil crescendo para arribar a un climax cercano a los delirios plásticos de "La noche del Cazador" a todo color...
Hay mucho más pero creo que es suficiente.
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